Comentario
Tras el Neolítico en China nos encontramos con una legendaria dinastía local que gobierna gran parte del territorio. Se trata de la dinastía Hia, cuyo origen parece remontarse al siglo XXI a. C., aunque algunos especialistas la sitúan hacia los años 1800-1500 a. C. A esta dinastía hacen referencia la primera antología poética china, el She-king, y la primera historia china, el Shu-king. Era un pueblo agricultor, que desconocía la metalurgia pero sí utilizaba la cerámica, trabajada con dos técnicas diferentes: la negra, fina y pulida, y la roja, pintada. También se ha constatado el tejido de la seda y la construcción de diques
La dinastía Hia dejaría paso a una nueva dinastía llamada de los Shang, fechada hacia 1500-1100 a. C. Se localiza en la zona de Honan, en el norte de China, dominando el valle del río Huang-ho. Se trata de un poder teocrático donde el soberano ejerce funciones sacerdotales y gobierna un estado feudal. Las ciudades Shang están amuralladas y tienen un templo en el interior del recinto. Conocían la metalurgia, desarrollando una amplia colección de piezas de bronce decoradas con animales. Al tratarse de un pueblo guerrero utilizaban el carro de guerra, como se ha podido constatar en los tesoros encontrados en las tumbas reales. Estas tumbas eran auténticas mansiones, construidas bajo tierra y provistas de un amplio y variado ajuar funerario. El monarca era enterrado junto a todo su séquito.
Los Shang conocían la escritura, cercana ya a los caracteres clásicos chinos, y desarrollaban una religión basada en el tao, principio que guía al Universo. También veneraban al cielo, a los antepasados y a las fuerzas naturales, conociéndose la existencia de sacrificios rituales.
La dinastía Cheu consigue imponerse militarmente a los Shang. Procedentes del valle de Wu, gobernarán el occidente de China entre el 1000 y el 700 a. C. extendiéndose hacia el año 770 a.C. hasta la zona oriental por lo que su dominio dura hasta el siglo III a. C. Nos encontramos con un sistema de gobierno feudal en el que las tierras del soberano están rodeadas de zonas en manos de sus vasallos que limitan con otros feudos. Con esta estructura territorial era imposible que la autoridad monárquica se impusiera, provocando el fortalecimiento de los señores. Este resquebrajamiento del poder será aprovechado por los nómadas para instalarse en algunas zonas del país.
Hacia el año 770 a. C. la capital se traslada a LoYang, implicando la pérdida definitiva de la autoridad real. Los señores feudales aumentan su poder y se agrupan para evitar la llegada de nuevos pueblos nómadas. Las continuas guerras provocarán un paulatino debilitamiento del poder nobiliario. Sin embargo, el campesinado verá reforzado su poder ya que su participación en las guerras como combatientes será crucial. Las batallas se deciden por el número de soldados que intervengan, no ya por la participación de carros de combate. Aquel señor que mantenga un ejército de campesinos disciplinado obtendrá importantes victorias. La erosión del poder feudal también beneficiará a los comerciantes quienes se convertirán en los dueños de la economía al cobrar los tributos a los feudatarios. De esta manera, conseguirán hacerse con el dominio del Estado.
En el siglo V a. C. se produce la descomposición definitiva del poder monárquico al dividirse el territorio de China en diversos estados feudales independientes. Se trata del periodo denominado de los Reinos Guerreros (ChanKuo). Los funcionarios adquieren una mayor relevancia, al igual que la burguesía. Este momento de desequilibrio político va parejo a un cierto esplendor cultural.
En el año 221 a. C. Ts´in She Huang-ti, rey de Ch´in, toma los demás estados aún existentes (Han, Chao, Ch´u, Wei, Chi y Yen) y se hace nombrar Hyang Ti, primer señor o emperador. Con él se inicia la dinastía Ch´in que supone la creación de un Estado unitario y centralizado. Por influencia occidental se introduce la caballería a la vez que se sustituyen las armas de bronce por las de hierro. Recientemente se ha descubierto la tumba de Ts´in She Huang-ti donde destaca la existencia de más de 7000 figuras que componen el ejército del emperador, junto a sus caballos y carros. Todas son de tamaño real y manifiestan una sorprendente originalidad ya que los rasgos son propios.